martes, 23 de febrero de 2010

Cinema Paradiso de Tornatore


Un chiquillo enamorado del mundo del cine, crece al lado de un viejo proyeccionista que le enseña lo que sabe acerca del 7o. arte, la vida y el amor. Sus acciones habrán de influir al chico aún muchos años después.


En 1989, el alma del público se arrobó con una cinta italiana que terminó convirtiéndose en un clásico de la cinematografía mundial aún antes de ganar el Oscar a mejor película extranjera.


La película es un homenaje al género cinematrográfico. En una larga narración describe la historia de un respetado director de cine (Salvatore, interpretado por Jacques Perrin) que vuelve a su antiguo pueblo siciliano para acudir al funeral de su viejo amigo Alfredo (interpretado por Philipe Noiret), el antiguo proyeccionista del cine Nuevo Cinema Paradiso y también artífice de su pasión por el cine en su infancia y juventud. La película constituye un retrato sentimental de la Italia de la posguerra y una declaración de amor al cine.


Cinema Paradiso podría parecer otra cinta más del género dramático, no obstante la actuación demoledora de Philippe Noiret como Alfredo, la exquisita música de Ennio y Andrea Morricone, las enseñanzas de un viejo que sueña ver triunfar a un niño, el amor incondicional y absoluto de Salvatore por Elena y las metáforas maravillosas con el mundo del cine que flotan en el mismo aire de la producción, hacen del producto una obra maestra de la narración universal, una tragicomedia humana en la que todos en algún momento nos sentimos identificados, reconociendo en nosotros mismos la magia y la agonía de ser humanos.

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